Descubriendo la gastronomía marroquí a su paso por Marrakech, el desierto de Agafay, Atlas y Essaouira.

¡Saludos, aventureros intrépidos! Ha llegado el momento de embarcarnos en una nueva odisea, y esta vez nos adentramos en los encantos de La Ciudad Roja, donde la cultura marroquí nos seduce con su irresistible magnetismo. Ubicada en el corazón mismo de Marruecos, Marrakech nos aguarda con sus laberínticas callejuelas, sus bulliciosos zocos y su arquitectura islámica de ensueño. Una atmósfera mágica que ha cautivado a visitantes durante siglos, y nosotros no seremos la excepción.

Ah, pero aquí está el truco: decidimos emprender esta aventura en abril, justo en medio del sagrado mes de Ramadán. ¡Sí, señores y señoras! Nos adentramos en el auténtico Marruecos, donde las tradiciones y la espiritualidad se entrelazan en un tapiz cultural vibrante y fascinante.

Esta aventura nos dejó con innumerables anécdotas, algunas sorpresas al final del camino, porque, admitámoslo, los giros inesperados son parte del encanto de cualquier viaje. Y Marrakech no decepcionó en ese aspecto. Pero cada obstáculo superado, cada desafío cultural que enfrentamos, nos enriqueció y nos acercó más a la esencia de esta fascinante tierra.


Puestos de especias del Zoco

Al llegar al aeropuerto nuestra misión número uno fue conseguir una tarjeta de móvil local, para poder tener acceso a internet en cualquier zona de Marruecos. En la salida misma del aeropuerto hay dos stands de compañías móviles vendiendo estas tarjetas prepago, así que no presenta ninguna dificultad hacerse con una. De todos modos, no os preocupéis si os quedáis sin datos a la mitad de vuestro viaje, porque en la misma plaza de Jemaa el-Fna podéis comprar otra sin problema, pero no adelantemos acontecimientos... Nosotros adquirimos 20 gb a 20 € y el precio en las dos compañías del aeropuerto es el mismo, así que no hay que romperse mucho la cabeza con esto.

¡Agárrense los cinturones, amigos míos, que esta anécdota os sacará más de una carcajada! Resulta que nosotros, valientes viajeros intrépidos, nos alojamos en un riad  (Riad Carole) en la tranquila y segura zona noroeste de la plaza. Pero, y aquí viene la sorpresa, el propio riad no fue exactamente un paraíso libre de insectos. Oh no, señores y señoras, tuvimos una visita inesperada de cucarachas nocturnas que salían a pasear desde los desagües de nuestra habitación. ¡Sí, habéis oído bien, una invasión de cucarachas de película!

Decidimos tomar cartas en el asunto para enfrentarnos a este desafío inesperado. Las noches siguientes se convirtieron en una operación especial: llenar cada desagüe de la habitación con papel higiénico, para mantener a raya a esas criaturas asquerosas. ¡Papel higiénico al rescate!

Pero no os desaniméis, mis valientes compañeros de viaje, porque, como buenos aventureros, siempre encontramos el lado positivo de las situaciones. ¡Vivimos el verdadero Marruecos en toda su gloria! No solo exploramos los encantos culturales y culinarios de la ciudad, sino que también tuvimos nuestra dosis de emoción y acción con esta inesperada invasión cucarachil.

Así que recordad, mis amigos, que los viajes no siempre son perfectos y libres de contratiempos. A veces, los insectos deciden formar parte de la experiencia. Pero no dejemos que eso nos detenga, porque al final del día, esas anécdotas divertidas y las risas compartidas se convierten en los mejores recuerdos de nuestros viajes. 

Para quien no le haya convencido la aventura de la batalla de cucarachas, encontramos un riad muy limpio y agradable en una de las calles próximas a la plaza, el Hôtel Central Palace, además en este nos hicieron las fotocopias de los billetes de vuelta (necesarias para que te dejen montar en el avión). Pero vamos a la parte importante del viaje: la comida. 

Bueno, lejos de lo que pueda parecer no es nada difícil encontrar restaurantes que sirvan comida vegana en este país, sobre todo juega a nuestro favor lo turístico que es. 

En nuestro primer día allí, decidimos probar suerte en Fine Mama, un restaurante cuya carta se exhibía con orgullo en plena calle. Y vaya, qué descubrimiento fue. Tenían varias opciones de platos típicos marroquíes veganos, ¡un verdadero paraíso para nuestros paladares conscientes! Como buenos exploradores del mundo vegano, no podíamos resistirnos a la "Trilogie végétarianne", una mezcla de patés típicos de la región que nos hizo salivar de antemano.  Y luego llegó el momento esperado, el enfrentamiento con nuestro primer tajín. Pedimos el "Tajine Berbère végétarianne" y, cuidado, amigos, lo cocinan directamente en el plato en el que te lo sirven. ¡Así que cuidado con las manos! Pero eso no nos detuvo. Nos armamos de valor y probamos esa delicia humeante y aromática. El calor del plato no se comparaba con el fuego de nuestra emoción al probarlo. ¡Fue una explosión de sabores marroquíes en nuestro paladar, una auténtica aventura de sabor! Pero os tengo una advertencia muy importante: ¡no se os ocurra pedir un cóctel como hicimos nosotros! Porque, atención, atención, todos y cada uno de los cócteles que encontraréis en los menús son ¡¡virgenes!! Sí, sí, amigos míos, aunque no se especifique en la carta, estáis destinados a saborear la versión más "sanota" de estos brebajes.

   
Nuestros cocteles virgenes y el Tajín de Fine Mama.

Después de un día lleno de aventuras por Marrakech, descubrimos la joya de la corona, el restaurante vegano que nos conquistó el paladar y nos hizo regresar una y otra vez. ¿Estáis preparados para conocer el segundo mejor sabor de todo nuestro viaje? ¡Preparaos para esta revelación épica!

El restaurante en cuestión es... ¡tachán, tachán! ¡Koulchi Zine Restaurant! Pero esto no es solo un restaurante, mis amigos, ¡es un auténtico paraíso vegano! Imaginad un lugar tan elegante que os hará sentir como auténticas celebridades. Y lo mejor de todo es que muchos de los camareros hablan español, ¡sí, habéis oído bien! No hay barreras lingüísticas para disfrutar de esta experiencia culinaria de otro nivel. Pero eso no es todo, porque aquí viene la guinda en el pastel. El dueño del restaurante lleva más de 30 años siendo vegano. ¡Increíble, verdad! Un verdadero genio de la cocina vegana. Todas las recetas que probamos eran creaciones suyas, fruto de su genialidad culinaria y su amor por la comida vegana. ¡Un auténtico héroe del paladar!

En esta ocasión, nos aventuramos en una explosión de sabores con los entrantes estrella: la pastilla vegetal, que era una especie de empanada enorme rellena de legumbres y verduras que os hará sentiros en el paraíso. Pero eso no es todo, porque llega el plato principal para saciar nuestros antojos: el couscous vegetarien. Ahora bien, aviso a navegantes, si sois amantes de la cebolla confitada, este plato os llevará directamente al séptimo cielo del sabor. En mi caso, ¡lo adoré! Pero, claro está, a mi pareja no le hizo tanta gracia. Pero dejadme que os cuente el momento culminante, el clímax del banquete: el postre. ¡Y aquí no hay lugar para compartir, mis amigos! Cada uno de nosotros se deleitará con cada cucharada de su propio postre, porque la mousse de chocolate vegana hecha con aquafaba (el secreto del chef) es la exquisitez más deliciosa que probamos en todo el viaje. Tanto es asi que volvíamos una y otra vez sobre todo por la mousse, no quisimos probar otro postre se este sitio.

 
Pastilla vegetal, couscous y la majestuosa mousse de chocolate de Koulchi Zine restaurat. 

Aventura al desierto de Agafay
Lo siguiente en nuestro itinerario fue una experiencia que añadió un toque mágico a nuestro viaje: decidimos aventurarnos en una excursión nocturna al desierto de Agafay, y permítanme decirles que fue la noche más alucinante que vivimos en ese país.

Reservamos una excursión al desierto que incluía una experiencia de glamping, una cena con espectáculos de bailes típicos africanos y un desayuno de lujo. ¡Fue como si nos hubieran llevado a un oasis de sueños en medio de la arena dorada!

Pero aquí viene la mejor parte, amigos míos. En esta excursión, además de la opción de contemplar las estrellas mientras te mecías en una hamaca al borde de su piscina, tuvimos la posibilidad de aventurarnos en buggies a través del desierto. ¡Sí, lo habéis oído bien, buggies! Una experiencia llena de velocidad y emoción en medio de las dunas.

El viento en el pelo, el rugido de los motores y la arena volando mientras explorábamos este vasto y hermoso desierto. Fue como si estuviéramos en una película de aventuras, y nuestras risas resonaban en el silencio del desierto.

Y por supuesto cabe destacar que el catering fue super atento, desde el primer momento se preocuparon de quien era la persona vegana del grupo y me dieron un menú acorde a ello, que disfrute mientras veía diferentes espectáculo, desde la danza del vientre, hasta un hombre que tragaba y escupía fuego. Y la verdad que no se que nombre tenían los platos que me dieron pero estaban espectaculares.

Velada en el desierto.

Cena en el desierto

Paseo en buggie (mi foto favorita).

Imagino que os habéis quedado con ganas de vivir esta maravillosísima experiencia, aquí os dejo el enlace de reserva de la actividad, donde se pueden mencionar tus preferencias de menú: Noche en el desierto de Agafay . Y recordad que a mi nadie me paga la publicidad gratuita, así que imaginad lo impresionante que puede llegar a ser. 


De regreso a Marrakech
¡Amigos, preparaos para la noche más relajada de todas! Decidimos tomarnos la cena con calma y comenzamos a buscar un restaurante chachi cerca de nuestro riad. Y, ¡sorpresa! Las casualidades volvieron a sonreírnos, porque una vez más, encontramos la guinda del pastel de forma inesperada.

Esta vez, mientras deambulábamos por las calles, nos adentramos en lo que podría describirse como la zona más hípster y bohemia de la ciudad. Aquí, nos topamos con varios restaurantes que presumían de su sello vegano y, ¡oh maravilla!, algunos de estos restaurantes también eran tiendas de ropa vintage. ¿Podría haber algo más perfecto? ¡Fue como entrar en un verdadero sueño!

Imaginaos pasear por estas calles llenas de encanto bohemio, con música alternativa flotando en el aire y las luces parpadeantes de pequeñas tiendas de ropa vintage. Cada rincón tenía un aire de creatividad y autenticidad que nos envolvió. No solo íbamos a disfrutar de una deliciosa cena vegana, sino que también podríamos encontrar tesoros únicos en las tiendas de ropa vintage. ¡Qué emoción!

Esa noche decidimos cenar en el restaurante Broc the kashba, donde pudimos disfrutar de un esplendido Tajine y de Samosas veganas, pero no solo nos conquistó la comida, ¡también el ambiente era absolutamente fabuloso! Era como si hubiéramos sido transportados a un rincón mágico de Marrakech, donde las luces tenues y la música suave creaban la atmósfera perfecta para disfrutar de una cena inolvidable.

Samosas y Tajine vegano en Broc the kashba.

Cordillera Atlas
¡Ay, qué día tan emocionante tuvimos al siguiente! Nos aventuramos en una excursión a la majestuosa cordillera del Atlas y a las impresionantes cataratas de Ouzoud, y permítanme decirles que todo, absolutamente todo, fue más que mágico.

El paisaje que se desplegó ante nuestros ojos era sencillamente precioso, con olivares que se extendían hasta donde alcanzaba la vista. Y en las mismas cataratas, nos esperaba una sorpresa: unas barcas que nos llevarían hasta la desembocadura de la cascada. ¡Fue una experiencia verdaderamente hermosa! El frescor del agua y la brisa nos aliviaron de un calor que bien podría calificarse como "de morirse". ¡Nos salvaron de un derretimiento seguro!

Pero lo más peculiar de todo fue lo que encontramos en la cordillera del Atlas: una abundancia de monitos traviesos que parecían estar al acecho, deseando arrebatarnos cualquier comida que lleváramos encima. Fue una escena divertida y, a veces, un poco tensa, ya que estos pequeños ladronzuelos tenían un apetito insaciable.

Ahora, en lo que respecta a la comida, ahí la cosa cambió. La oferta de restaurantes en la zona dejaba mucho que desear, y la comida que probamos fue bastante decepcionante. Parece que la cordillera del Atlas no es precisamente un sitio acogedor para un vegano. En esta ocasión, llevar un tupper en la mochila habría sido un verdadero golpe de genio.

Pero no pasa nada porque al volver a Marrakech encontramos una nueva opción vegana en la ciudad, en este caso se trato de Mandala society, donde los platos eran completitos con su buena ración de proteínas y e abundantes cantidades, perfectos tras la decepcionante comida en Atlas. Además este restaurante se encuentra muy próximo a la plaza Jemaa el-Fna, y tiene una terraza encantadora donde disfrutar de la mejor cena.


Hamburguesa de remolacha y poke de humus en Mandala society.

Breve pero intensa visita a Essaouira

Y llegando ya a la guinda del pastel, el lugar en el que mejor comimos en nuestro viaje por Marruecos: Essaouira. Esta ciudad nos sorprendió por completo por lo distinta que nos pareció del resto del país, y no solo porque fuera la única que visitamos con playa. Desde luego nos pareció un lugar al que volver. Pero como toda ciudad costera predomina la cocina con pescados y mariscos ¡QUE NO PANDA EL CUNICO! aunque fue un verdadero reto también encontramos opciones veganas, y no solo eso, las mejores que probamos en todo el país. En este, nuestro ultimo destino, comimos en un pequeño y acogedor restaurante familiar llamado Shyadma's Vegan Food, donde el trato fue excepcional. El restaurante lo lleva una familia super atenta, donde cuidan cada detalle y todos los ingredientes son frescos. 

Allí probamos al fin la típica sopa marroquí, Harira, la cual es bastante distinta del concepto de sopa que nosotros teníamos, ya que era una especie de salsa de tomate con espaguetis cortados y con algunas legumbres. También probamos unos rollitos de primavera que ciertamente estaban espectaculares. 

Pero el plato fuerte fue el Tajín, pedimos el mas excéntrico que vimos que fue el de cebollas, olivas y limón; bueno, se podría decir que esta fue la mejor decisión de todo nuestro viaje, ya que por más que he intentado replicarlo es imposible llegar a cocinar tan bien como lo hacen es este modesto restaurante.



Harira, rollitos de primavera y Tajine en Shyadma's Vegan Food.

Y así, llegamos al final de nuestro viaje por Marrakech. Espero que mis experiencias gastronómicas te hayan inspirado para convertir tu viaje en una deliciosa aventura. Si estás de visita y descubres algún restaurante más que sea un tesoro para la comunidad vegana, ¡no dudes en compartirlo en los comentarios! Juntos, podemos ayudar a que otros viajeros disfruten de la increíble oferta culinaria vegana que Marrakech tiene para ofrecer. ¡Feliz viaje y buen provecho!


¡See you later, alligator!







































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